Mi madre es quien me enseñó, entre otras muchas cosas, a realizar esta salsa bechamel; y he de decir que aunque he probado multitud de ellas, el toque diferente que posee ésta gracias al coñac la hace única y deliciosa. Pruébala, no te arrepentirás.
Ingredientes
- Cebolla mediana – 1/2
- Harina de trigo – 2 cucharadas
- Leche – 500 ml
- Caldo de ave – 1/4 pastilla
- Coñac – 50 ml
- Pimienta negra molida
Paso a Paso
- Las medidas de los ingredientes podrán variar proporcionalmente dependiendo si se desea más o menos cantidad de esta salsa.
- Para empezar picaremos finamente la cebolla y la ponemos en una sartén a dorar.
- Una vez lista la cebolla incorporamos la harina y removemos bien procurando que no se formen los temidos grumos.
- Pasado un minuto la harina ya se habrá cocinado, de este modo no dará sabor a crudo; y es entonces cuando podremos verter la leche, el cuarto de pastilla de caldo de ave desmenuzado, el chorrito de coñac y un generoso pellizco de pimienta negra molida.
- Y ahora lo único que queda es tener paciencia y, con la ayuda de una espátula de madera, remover constantemente la salsa para evitar la formación de grumos, mientras la cocemos a fuego lento hasta alcanzar el espesor deseado.
- Si deseas una textura totalmente fina, al acabar la cocción puedes pasarla por un colador con la ayuda de un cazo, así evitarás los trocitos de cebolla, aunque yo personalmente este último paso prefiero no hacerlo.
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