Ingredientes:
- Costillas de cerdo – 1 kg
- Ajo – 2 dientes
- Cebolla mediana – 1/2
- Caldo de pollo – 250 ml
- Vino blanco – 100 ml
- Salsa de soja – 50 ml
- Jengibre fresco picado – 1 cucharadita
- Aceite
- Sal
Paso a Paso:
- Primero cortaremos la costilla dejando trozos de uno o dos huesos, dependiendo de la carne que tenga.
- A continuación freímos por tandas en una sartén amplia con abundante aceite hasta ver que están doradas por fuera, no hace falta que se hagan del todo por dentro.
- Según se van friendo las reservamos en una cazuela de fondo ancho.
- Escurrimos el aceite sobrante, dejando un poco para hacer el sofrito. Para ello ponemos la cebolla y los ajos picados finos y dejamos dorar. Después añadimos la cucharadita de jengibre fresco picado, la salsa de soja, el vino blanco y el caldo (si no tienes caldo casero puedes usar el de supermercado o incluso agua, aunque en este último caso, no tendrá tanto sabor).
- Añadimos el sofrito a la cazuela con las costillas y ponemos a fuego fuerte para que se rehogue. Cuando dé un hervor, dejamos cocinar a fuego lento hasta que veamos que la carne está bien blanda (aproximadamente 20-25 minutos). En este momento probamos el punto sal y rectificamos al gusto, probablemente no hará falta añadir nada más.
- Una vez cocidas colocamos los trozos con el hueso hacia abajo en una bandeja de horno, vertiendo por encima el caldo de cocción y gratinamos durante 10 minutos más.
TRUCO: Puedes dejar las costillas cocinadas del día anterior, tan solo a falta de meter al horno, lo que hará que cojan más sabor y también te dejará más tiempo libre el día que vayas a comerlas.
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